Don Álvaro Cunqueiro escribía en alguna parte el siguiente texto sobre el vino de Betanzos:
En esto os ganan, gentilhombres del Vivarais, los aeronautas de Betanzos. Parece ser que la matemática se opone al vuelo del globo betanceiro, pero el difuso aroma del vino, un mozo, un cadete, una alegre compañía, que envuelve la ciudad, llena la rotunda forma del globo, en él se vierte, cuando el caso llega, como un gas sagrado y aleteante y el globo se eleva, magnífico, en la noche, y digo yo que bien pudiera embriagar, si allá llegase, la palpitante luz de alguna estrella.
Nada máis cerca de nosotros que la compañía del agudelo o del antiguo y señorial branco lexítimo, esos aromas familiares que inundan las rúas de Betanzos y traen, como esta tarde, la presencia invisible de don Álvaro. No es tiempo ya de quintos o de cadetes, pero este vino es memorioso y recupera para el presente aromas de tiempos idos. Y de la misma manera que el globo porfía con el aire para ascender, porfía también el branco lexítimo por embriagar de futuro alguna de aquellas estrellas que imaginaba don Álvaro. Brindemos por eso.